OCHA/Sayed Habib Bidel Una niña en un centro de desplazados internos en la ciudad de Herat, Afganistán.
Llama a detener “la espiral mortífera” de la economía afgana
Pese
a la respuesta humanitaria a gran escala que ha recibido Afganistán desde
agosto del año pasado, y que ha logrado salvar multitud de vidas durante el
invierno, la ya de por sí grave situación que vivía ese país se ha deteriorado
de forma alarmante en los últimos meses, afirmó este jueves el Secretario
General de la ONU.
Durante
una conferencia sobre promesas de contribuciones organizada por la ONU y los
gobiernos del Reino Unido, Alemania y Qatar, António Guterres agradeció a la
comunidad de donantes la financiación de la totalidad del llamamiento humanitario
del año pasado y cuantificó la grave situación actual de Afganistán.
“Alrededor
del 95% de las personas no tienen suficiente comida. Nueve
millones de personas están en riesgo de hambruna. UNICEF calcula
que un millón de niños gravemente desnutridos están al borde de la muerte si no
se toman medidas inmediatas. Y los precios mundiales de los alimentos se están
disparando, como consecuencia de la guerra en Ucrania”, advirtió.
Una
dramática situación que, en opinión del titular de la ONU, requiere “una acción
inmediata”, ya que en caso contrario el país puede encontrarse con una
“situación crítica de hambre y desnutrición”.
“La
gente ya está vendiendo a sus hijos y partes de su cuerpo para poder alimentar
a sus familias. La economía de Afganistán se ha colapsado. Hay
muy poco dinero en efectivo. Más del 80% de la población está endeudada”,
advirtió Guterres sobre la desesperada situación de muchos afganos, entre ellos
el personal esencial en escuelas y hospitales que lleva meses sin
cobrar.
El
Secretario General finalizó la descripción del desolador panorama al que se
enfrentan los afganos afirmando que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ha
advertido que, si no se toman medidas, el 97% de los afganos podría vivir por
debajo del umbral de la pobreza a mediados de este año y que
las necesidades humanitarias se han triplicado desde el pasado mes de junio.
Al
finalizar la conferencia, se anunciaron una serie de compromisos por
un total de 2.440 millones de dólares.
PMA/Sadeq Naseri El Programa Mundial de Alimentos distribuye alimentos a familias vulnerables durante el duro invierno en Kabul, Afganistán.
La economía afgana precisa dinero
para “respirar” y el pueblo para poder comer
Por ello, apeló a la comunidad
internacional a encontrar el modo de evitar que el pueblo afgano sufra el
impacto de la decisión de interrumpir el apoyo al desarrollo de Afganistán y de
la congelación de casi 9000 millones de dólares en activos afganos en el
extranjero.
“Debe poner a disposición dinero
en efectivo, para que la economía afgana pueda respirar, y el pueblo afgano
pueda comer. Los países ricos y poderosos no pueden ignorar las consecuencias
de sus decisiones sobre los más vulnerables.El primer paso de cualquier
respuesta humanitaria significativa debe ser detener la espiral mortífera” en
que se encuentra la economía afgana.
Ante esta dramática coyuntura,
explicó que la petición de fondos para Afganistán este año es de 4400
millones de dólares, el mayor llamamiento del mundial para un solo país.
“Junto con nuestros socios,
pretendemos llegar a 22 millones de personas con alimentos, agua, atención
sanitaria, protección, refugio, educación y otras formas de ayuda para salvar
vidas. Hasta ahora, el llamamiento está financiado en menos de un
13%. Les pido que proporcionen financiación incondicional y
flexible lo antes posible”, solicitó.
Sin la participación de las
mujeres en la sociedad no se superarán las crisis
Posteriormente, subrayó la
necesidad de incluir a las mujeres y a las niñas en todos los sectores de la
sociedad y la economía es esencial como factor básico “para superar la
intersección de la crisis económica, humanitaria y de derechos humanos de Afganistán”
y lamentó que siga suspendida la educación de las niñas a partir de sexto
grado.
“Pido a quienes tienen influencia
que la utilicen para presionar a las autoridades de facto para que cumplan su
promesa de reabrir las escuelas para todos los estudiantes, sin discriminación
ni más demora. Y mientras esperamos que las niñas vuelvan a la escuela, no
podemos utilizar su educación como instrumento de negociación”.
Guterres explicó que no hay
“ninguna razón para retener la ayuda humanitaria basándose en esta decisión de
las autoridades de facto”, y que el pueblo afgano “no puede ser doblemente
castigado” por ello.