Santo Domingo, RD.- La Semana Santa, tiempo religioso que tradicionalmente es asociado a la reflexión, al recogimiento y a la sana convivencia familiar, este año se convirtió en una semana trágica para muchas familias, debido a los asesinatos, feminicidios y suicidios que se presentaron durante estos días de asueto.
En un hecho que consternó a la sociedad dominicana, la tarde del pasado Jueves Santo fue brutalmente asesinada con 25 estocadas la señora Reina Margarita Pérez Mella, de 73 años, a manos de su exyerno Ricardo Antonio Leonor Abreu. Durante el crimen, el agresor también hirió de gravedad a su hijastro Gustavo Enrique Guerra, de 19 años.
Este suceso sangriento ocurrido en Santo Domingo Este, ha sacudido y roto a los miembros de esa familia. El asesino es la expareja de Raquelita Guerra Mella (hija de la víctima), con quien tuvo tres hijos más.
Según informaron los vecinos del lugar, Ricardo es un hombre “violento”, y Raquelita había recibido amenazas de muerte por parte de él en diversas ocasiones, lo que la llevó a poner ante la justicia una orden de alejamiento, recurso que no la protegió ni a ella ni a sus parientes de este desenlace fatídico.
La noche del pasado Sábado Santo ocurrió otro feminicidio. La joven Dawany Uribe
Soriano, de 15 años de edad, fue asesinada por su pareja sentimental, Marcos Casilla Pérez.
De acuerdo a informes preliminares de la Policía Nacional, la menor recibió un disparo mientras compartían en la finca del apodado “Nero”, ubicada en la calle principal de Canasta, en la provincia sureña San Cristóbal. Asimismo, se dio a conocer que el agresor fue puesto bajo arresto, mientras el caso se encuentra en investigación.
Algunos allegados a la hoy occisa cuentan que la menor estaba embarazada y fue asesinada cuando su pareja limpiaba el arma de fuego.
La madrugada del Domingo de Resurrección sorprendió al municipio de Sosúa con la noticia de la muerte de una joven de 23 años y su madre, a manos de la pareja sentimental de la joven.
Jelissa Paulino Coronado y su madre Ivelisse Coronado Martínez murieron a consecuencia de heridas de arma blanca ocasionadas por Wandy Hernández, de 36 años, pareja de Jelissa, en un crimen perpetrado alrededor de las 2:00 de la madrugada en el sector Villa Paraíso en Sosúa, Puerto Plata.
Wandy Hernández, quien se dedica a trabajos de construcción como varillero, huyó luego de cometer el hecho y es perseguido activamente por las autoridades.
Pero este no fue el único evento desafortunado acaecido en la provincia norteña. Durante el transcurso del Domingo de Ramos, un joven de 26 años le arrebató la vida a su pareja adolescente de 16 años y luego se suicidó en la comunidad Escalera, del municipio Altamira colgándose de un árbol. El asesino fue identificado como Luis Miguel Minaya Guaba, mientras que la víctima sólo fue identificada por su apodo “Yennifer”.
La noticia ha causado consternación en esa comunidad, así como el rechazo de personas de la zona, quienes demandan justicia por el horrendo suceso.
Mientras que el Lunes Santo, un hombre murió a manos de su pareja, en un hecho ocurrido en el municipio Moca, provincia Espaillat.
La mujer fue identificada como Altagracia García Peña, mientras que la víctima es Ángel García, de 52 años.
María García, hermana de la victimaria, expresó que el hecho se produjo supuestamente debido a los constantes maltratos que recibía la mujer por parte del fallecido, y que muchas veces tenía que salir corriendo para evitar que él la matara.
El día 7 de abril, antesala del viernes de Dolores, un hombre asesinó a una joven de 19 años, en San Pedro de Macorís. Se trata de María Esther Santana Tomas, quien residía en el Batey La Laura de la provincia mencionada y donde fue ultimada por su expareja, de quien llevaba un tiempo separada.
El portal web “Macorís del Mar” del periodista Francis Aníbal, reseña que se desconoce hasta el momento si el victimario, identificado simplemente como Noni, se encuentra detenido.
Santana Tomas, quien cumpliría sus 20 años la próxima semana, dejó a dos hijos en la orfandad luego de que los golpes le provocaran su muerte.
