DETROIT – El público en el Comerica Park comenzó a corear su nombre tan pronto Tucker Barnhart retiró a DJ LeMahieu en segunda base para ponerle fin a la parte alta del octavo inning.
“¡Miggy! ¡Miggy! ¡Miggy!”
Los Tigres anunciaron que se
vendieron 17,628 entradas para el juego del miércoles contra los Yankees, una
victoria 5-3 para Nueva York. Pero cuando un sonriente Miguel Cabrera se paró
en plato para abrir la parte baja del octavo episodio, parecía que había muchos
más fanáticos en el estadio. Las primeras filas de las secciones de asientos
del outfield estaban repletas, incluyendo en el jardín izquierdo debajo del
letrero en el que se anunciaban los 2,999 hits del venezolano. El primer hit de
Cabrera fue un jonrón, al igual que el 1,000 y el 2,000. Así que tenía sentido
estar listo para otro.
Miguel a un hit de 3,000 en derrota de Tigres, Para aquellos que batallaron con las frías temperaturas, los tres sencillos que ya había dado Cabrera en la noche los pusieron de golpe en posición de ver historia mientras otros debían seguir la transmisión en una pantalla, y no hay duda de que estaban disfrutando.
Para muchos Tigres, les
recordó la atmósfera en el estadio en agosto pasado mientras Cabrera se quedó
en 499 jonrones durante una larga estadía de una semana en casa.
“El último turno, donde estaba ahí justo en la línea, 2,999, fue una atmósfera increíble”, dijo el manager de los Tigres, A.J. Hinch.
Incluso los Yankees, que
estaban protegiendo una ventaja de dos carreras y tratando de ganar la serie,
fueron capaces de apreciar la magnitud del momento.
“Su último turno, cuando
tuvo la oportunidad de llegar, fue una sensación bien interesante en el
estadio”, comentó el piloto de Nueva York, Aaron Boone. “Era como un rugido que
iba creciendo, pero luego como un silencio en cada pitcheo. Fue algo bien
cool.”
“De hecho, Aaron Hicks me
dijo algo en el dugout. Me dijo, ‘Yo nunca había visto a un público ponerse así
y luego de golpe callarse’. Fue una cosa como misteriosa”.
El público hizo silencio
mientras Clay Holmes, enfrentando a Cabrera por segunda vez en la noche, lo
ponía en 0-2 con dos sliders seguidas. Cabrera dejó pasar una sinker afuera a
96 mph, pero el envío sirvió para que Holmes regresara con otra bola rápida,
alta y adentro, a la que Cabrera sólo alcanzó a dar un foul tip para poncharse.
El hit 3,000 tendría que
esperar al menos un día más.
“Contento de que no lo dio
en ese momento”, confesó Boone. “Pero sí, está tocando la puerta”.
Rumbo a los 3,000 ¿cómo se
alista el HOF?
La atmósfera fue
electrizante. El resultado final fue lo que dejó a Cabrera agotado una vez
concluyó el juego.
“Yo ahora no estoy enfocado
en números, ni en historia”, dijo Cabrera luego. “Estoy enfocado en esto:
Necesitamos ganar juegos”.
Eso es lo que motiva a
Cabrera, que cumplió 39 años el lunes. Tendrá una nueva oportunidad de hacer
ambas cosas – ganar y hacer historia – la tarde del jueves. Si bien necesita un
hit para convertirse en el 33er miembro del club de los 3,000, un doble lo
convertiría en apenas el tercer jugador en la historia de las Grandes Ligas con
3,000 imparables, 500 jonrones y 600 dobletes.
Sí, Cabrera jugará el
jueves, confirmó Hinch. El primer pitcheo está pautado para la 1:10 p.m. ET, y
el juego podrá verse en vivo por MLB.TV.
“Si fuese yo, llegaría
temprano”, advirtió Hinch. “Quizás batee en el primer inning”.
Lo más importante para
Cabrera en este momento, sin embargo, es conseguir una victoria para evitar ser
barridos por los Yankees y poner fin a la seguidilla de tres derrotas.
“Espero que ganemos”, pidió
Cabrera.
Los 10 mejores momentos de
Miguel
Los Tigres nunca estuvieron
arriba en la pizarra el jueves, pero los tres hits de Cabrera los ayudaron a
mantener cerradas las acciones hasta el final, y a la vez dejaron al toletero
derecho a las puertas de la historia. Cabrera, que tenía de 11-2 de por vida
contra el abridor de los Yankees, el dominicano Luis Severino, conectó sencillos
en sus dos primeros turnos.
Su primer hit de la noche fue un rodado lento por tercera base en el segundo inning que dejó sin opciones al antesalista DJ LeMahieu. La suave conexión a 59.2 mph ante Severino tenía un promedio esperado de bateo de .080, empatado como el noveno más bajo en un hit de Cabrera desde que Statcast debutó en el 2015. Luego, con un sencillo del también venezolano Víctor Reyes al derecho, Cabrera trató de sorprender al jardinero derecho Giancarlo Stanton, pero fue puesto out en tercera.
“Todavía corre”, apuntó
Severino. “Llegó bien rápido a primera base y tomó unos buenos turnos. Es uno
de los más grandes. Me encanta enfrentarlo”.
Cabrera se fajó hasta poner
la cuenta en 3-2 contra Severino en el cuarto episodio, extendiendo la batalla
conectando de foul ante un cambio y una recta a 97 mph. Ante el octavo pitcheo
del turno, Cabrera logró batear un rodado de hit al central. La conexión a 89.5
mph fue la más fuerte de la noche para él.
Cabrera bateó el primer
pitcheo que vio de Chad Green en el sexto inning. El envío le rompió el bate,
pero la bola pasó hacia el left field pese al esfuerzo de LeMahieu, desatando
otra ovación del público.
“Como pueden ver con Miggy,
cuando junta varios turnos buenos, es capaz de sumar bastantes hits rápido”,
comentó Hinch. “No me sorprende, más allá de que uno no espera que alguien de
cuatro hits en una noche así. Pero jamás duden de Miggy”.