Hasta el
momento se han confirmado tres muertos, dos
tonganos y otro británico. Un centenar de casas han resultado dañadas y 50
totalmente destruidas.
La Organización Mundial
de la Salud de las Naciones Unidas (OMS), ha comunicado que muchas
personas siguen desaparecidas, mientras que unas 90 personas se dirigieron a un
lugar seguro en los centros de evacuación de la isla de Eua, y muchas otras
huyeron a casas de amigos y familiares.
En la isla de
Tongatapu, donde está la capital, hay daños en las infraestructuras, sobre todo
en las zonas costeras, según la oficina de coordinación humanitaria de la ONU
(OCHA), que informó a los periodistas en Ginebra este martes. Los centros
médicos están funcionando con normalidad.
La agencia
señaló que todavía está recogiendo información sobre la magnitud de la
destrucción, y que no ha sido posible contactar con ninguna de las islas de los
distritos de Ha'apai y Vava'u.
La Oficina para
la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) indicó que preocupan
especialmente las islas de Mango y Fonoi, en el distrito de Ha'apai,
prácticamente a nivel del mar y desde las que se han emitido señales de auxilio.
Los vuelos de
reconocimiento revelan daños generalizados en los edificios, y las imágenes del
Centro de Satélites de las Naciones Unidas (UNOSAT) muestran que, en la pequeña
isla de Nomuka, una de las más cercanas al volcán Hunga Tonga Ha'apai, 41 de
las 104 estructuras visibles han resultado dañadas, y casi todas están
cubiertas de ceniza, aunque aún se espera la verificación de los equipos sobre
el terreno.
El portavoz de
la OMS, Christian Lindmeier, declaró el martes a los periodistas que Tongatapu
está cubierto por unos dos centímetros de polvo y ceniza volcánica, lo que hace
temer por la contaminación del aire, el agua y los alimentos.
Afortunadamente,
añadió: todas las instalaciones sanitarias de la isla
principal están plenamente operativas, y las operaciones de limpieza ya han
comenzado.
La mayor erupción en tres décadas
Se trata de la mayor erupción
volcánica registrada en treinta años. A una nube de ceniza, en forma de hongo,
de 20 km de altura le siguió un tsunami, y la erupción se escuchó en lugares
tan lejanos como Australia y Nueva Zelanda, provocando alertas de tsunami en
todo el Pacífico.
Olas de hasta 1,2 metros de
altura golpearon la capital, Nuku'alofa, cuyos habitantes huyeron a terrenos
elevados, dejando atrás casas inundadas, mientras llovían rocas y
cenizas del cielo.
Según la agencia de la salud, el
Gobierno de Tonga reaccionó rápidamente ante la crisis, desplegando un buque de
guerra en las islas Ha'api, con la ayuda, a bordo, del Equipo de Asistencia
Médica de Emergencia de Tonga, formado por la Organización Mundial de la Salud
para asistir a los heridos.
El Gobierno aconseja a la
población de Tonga que permanezca en el interior de sus casas, que use
mascarillas si tiene que salir y que beba agua embotellada para evitar los
riesgos sanitarios derivados de la ceniza que ha caído.
Las tareas de emergencia están
siendo coordinadas por el Equipo Humanitario del Pacífico, que agrupa a las
agencias de la ONU, la Cruz Roja y las ONG internacionales, para brindar
asistencia sobre el terreno y remota al Gobierno de Tonga.
Las prioridades del equipo son ayudar a restablecer las comunicaciones, encontrar formas de transportar la ayuda de emergencia y proporcionar asesoramiento técnico en asuntos como garantizar la seguridad del suministro de agua potable, que se ha visto gravemente afectado por las cenizas volcánicas.