Un reciente estudio realizado
en Sudáfrica destaca que la variante “Ómicron causaría una enfermedad menos
grave, reduciendo el riesgo de hospitalización y muerte respecto a Delta en un
25 %”, aunque precisa que su gravedad se ha atenuado sobre todo por las vacunas
y la infección previa.
“En la ola impulsada por
Ómicron, los resultados de COVID-19 grave se redujeron principalmente por la
protección aportada por una infección previa y/o vacunación”, señala el estudio
desarrollado por científicos de Sudáfrica, “pero la virulencia intrínsecamente
reducida podría representar un riesgo reducido del 25 % de hospitalización
grave o muerte en comparación con (la variante) Delta”.
Es decir, incluso
teniendo en cuenta la protección que proporcionan la vacunación o la inmunidad
derivada de infecciones previas, los datos del estudio sugieren que las
características concretas de esta variante reducen en un 25 % el riesgo de
sufrir una enfermedad grave con Ómicron en comparación con Delta.
El estudio apoya otros
resultados científicos preliminares obtenidos hasta ahora a nivel global, que
apuntan a una mayor transmisibilidad pero una menor virulencia de
Ómicron, una variante detectada a finales de noviembre en Sudáfrica. Realizado
en la provincia sudafricana del Cabo Occidental, el estudio comparó 5.144 pacientes
de la cuarta ola, impulsada por Ómicron y cuyo pico el país consideró
superado a finales de diciembre, con 11.609 pacientes infectados en las olas
anteriores, la última de las cuales fue dominada por delta.