Las restricciones a la
circulación y los cierres provocados por la COVID-19 provocaron un drástico
pero efímero descenso de las principales emisiones contaminantes atmosféricas
en 2020, especialmente en las zonas urbanas, aunque esta disminución no fue
homogénea en todas las regiones ni en todos los tipos de sustancias
contaminantes, según un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El Boletín sobre la calidad del aire y el clima-el primero publicado por la OMM-
revela que muchas partes del mundo siguieron sin cumplir las directrices para
alcanzar dicha calidad y muestra una estrecha conexión entre ambas condiciones
atmosféricas
El estudio indica que, aunque las
emisiones de sustancias contaminantes del aire provocadas por el hombre
disminuyeron durante la recesión económica provocada por la COVID-19, los
fenómenos meteorológicos extremos provocados por el cambio climático y
medioambiental provocaron tormentas de arena y polvo e incendios
forestales sin precedentes que afectaron la calidad del aire.
Estas tendencias no se detuvieron
el 2020 y continúan produciéndose este año, tal y como lo prueban los
devastadores incendios forestales en América del Norte, Europa y Siberia, que
han afectado la calidad del aire para millones de personas, y las tormentas de
arena y polvo que han cubierto muchas regiones e incluso atravesado
continentes.
A más contaminación, menos salud
Como lo han advertido desde hace
años las autoridades sanitarias, la contaminación atmosférica tiene importantes
repercusiones en la salud humana.
De acuerdo con el Boletín, las
estimaciones de la última evaluación de la Carga Mundial de Morbilidad muestran
que la mortalidad global aumentó de 2,3 millones en 1990 (el 91% debido a las
micropartículas y el 9% causado por el ozono) a 4,5 millones en 2019 (el 92%
provocado por micropartículas y el 8% originado por el ozono).
Muchos gobiernos respondieron a
la pandemia del coronavirus restringiendo las reuniones, cerrando las escuelas
e imponiendo cierres, estas políticas de cierre provocaron un descenso
sin precedentes de las emisiones contaminantes.
En China, Europa y Norteamérica,
las reducciones de las emisiones a corto plazo relacionadas con la COVID
coincidieron con las medidas de mitigación de las emisiones a largo plazo y
permitieron en 2020 una reducción de las concentraciones de PM2,5 (partículas
atmosféricas que tienen un diámetro inferior a 2,5 micrómetros, una unidad
de longitud equivalente a una milésima parte de un milímetro) en
comparación con los años. anteriores.
Sin embargo, algunos estudios
señalan que en muchas partes del mundo las concentraciones de PM2,5 probablemente
no cumplirán las directrices de la Organización
Mundial de la Salud, a pesar de las drásticas reducciones de
movilidad.
El programa de Vigilancia de la
Atmósfera Mundial de la OMM examinó el comportamiento de los principales
agentes contaminantes atmosféricos de más de 540 estaciones de tráfico, de
fondo y rurales, en 63 ciudades de 25 países situados en siete regiones
geográficas del mundo.
Los datos se usaron para analizar
los cambios en la calidad del aire de los principales contaminantes, como las
PM2,5, el dióxido de azufre (SO2), los óxidos de nitrógeno (NOx), el monóxido
de carbono (CO) y el ozono (O3).
Las mediciones durante los
cierres de 2020 mostraron descensos de hasta un 70% en las concentraciones
medias de dióxido de nitrógeno (NO2) y de un 30%-40% en las de PM2,5 en
comparación con los mismos periodos en 2015-2019.
Sin embargo, los cambios en las concentraciones
de ozono variaron enormemente entre regiones, desde la ausencia de cambios
globales hasta pequeños aumentos (como en el caso de Europa) y grandes
incrementos (+25% en Asia oriental y +30% en Sudamérica).
Las concentraciones de SO2 fueron
entre un 25% y un 60% más bajas en todas las regiones durante 2020 que en el
período 2015-2019. Los niveles de CO disminuyeron en todas las regiones,
mientras que el descenso más pronunciado - de hasta un 40%- se registró
en América del Sur.
El Boletín se publicó previamente
a la celebración del Día
Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul, que se
conmemora el 7 de septiembre. Este día fue establecido por la Asamblea General de
la ONU para sensibilizar y facilitar las acciones para mejorar la calidad del
aire, que es fundamental para la salud humana y la mitigación del cambio
climático.
El tema de este año es “Aire saludable, planeta saludable”.