La
víspera del Día del Padre dio un impulso a las ventas de electrodomésticos y
ropa para caballeros, que superó a la misma fecha del año anterior, cuando el
país vivía el confinamiento por la pandemia, pero todavía está lejos de
alcanzar los niveles del 2019.
Precios
más caros que antes, producto de la inflación que experimenta la economía
dominicana, y desabastecimiento de algunos artículos por culpa de los retrasos
de las importaciones, influyeron en la decisión de la gente de comprar un electrodoméstico
a sus padres, esposos o suegros.
Un
vendedor de una tienda de aparatos eléctricos explicó que la línea marrón,
compuesta por equipos pequeños como microondas, licuadoras y tostadoras,
presenta escasez de productos por la misma situación. En ese establecimiento no
se pudieron vender los sillones reclinables, muy buscados en Día del padre de
años anteriores, por la falta de existencia.
La señora Celeste de Núñez fue a comprar
una vinera para su esposo a una tienda de la avenida Winston Churchill, pero
las que estaban en almacén ya se habían acabado, así que tuvo que llevarse la
de exhibición.
En cuanto
a electrodomésticos, predominaron las ventas de equipos de sonido, televisores
y aires acondicionados.
El día no
estuvo tan bueno para la empleada de una financiera que se encarga de prestar
dinero para la compra de electrodomésticos a crédito dentro de la misma tienda.
Al caer la tarde había cedido sólo tres créditos, ninguno de ellos para
artículos que se suelen regalar a los padres.
Las
tiendas para caballeros que tenían especiales de descuento de hasta un 50 %
gozaban de mayor presencia de clientes. Varios vendedores atestiguaron un
dinamismo importante desde su apertura, en la mañana, hasta el atardecer. Allí
se buscaban más los trajes, camisas, chacabanas y ropa interior.
Un sábado
más
La
historia de los vendedores ambulantes es distinta a las de las tiendas bajo
techo. Para muchos buhoneros de la avenida Duarte este fue un sábado más en
cuanto al volumen de ventas. A las 6:30 de la tarde empezaban a guardar sus
productos como harían en días normales, ante la presencia de pocos caminantes
por la arteria comercial.
Mañón
Marte, buhonero de la calle Caracas, próxima al parque Enriquillo, cree que la
decadencia de la Duarte se debe a la proliferación de tiendas y plazas
comerciales en todo Santo Domingo, por lo que ya la gente no tiene que ir allá
para hacer sus compras.
Más arriba, los comerciantes de la Duarte
con París no podrán aprovechar el Día del Padre debido a que fueron desalojados
y la zona está intervenida por el Ayuntamiento del Distrito Nacional para una
transformación de ese mercado.
Fuente: diario libre