En
tiempos de COVID-19, las niñas, niños y adolescentes en América Latina y el
Caribe han estado y están expuestos a un mayor riesgo de ser víctimas de
violencia en el hogar, a la vez que cuentan con menos factores de protección,
advierte un documento publicado por la Comisión Económica para América Latina y
el Caribe (CEPAL), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y
la Oficina de la Representante Especial del Secretario General sobre Violencia
contra la Niñez.
Alerta que estimaciones recientes calculan una prevalencia del 55% de agresión física y 48% de agresión psicológica en la crianza en América Latina y el Caribe.
Asimismo, agrega que, en el marco de la contención de la pandemia, se han reducido factores de protección y se han exacerbado los riesgos de violencia. De un lado, se constata una menor capacidad de detección de incidentes de violencia debido al aislamiento físico y al cierre de actividades presenciales en instituciones educativas y centros de primera infancia, la reducción en la oferta social de los Estados y la crisis económica que ha impactado el nivel de ingresos en los hogares.
A lo anterior se suma la cobertura limitada de acceso a internet y la brecha generacional en conocimientos sobre entorno digital en los adultos, que limita la labor de adecuado monitoreo y acompañamiento a niñas y niños que hoy pasan más tiempo en línea.
De igual forma, el informe advierte que los factores de riesgo para que niñas, niños y adolescentes sean víctimas de violencia en el hogar se han exacerbado.