El Listín Diario inició desde hoy una nueva etapa en su existencia, que se ha prolongado por 130 años en los que ha tenido diversas transformaciones, ya que comenzó como una hoja impresa de tamaño de 4 por 5 pulgadas, que tenía como objetivo informar la llegada de los vapores al puerto de Santo Domingo que a pocos días resultó pequeña ante la acogida de la sociedad dominicana.
El proceso de transformación del Listín Diario se prolongó varios años con un proceso interno que llevó a la unificación de las plataformas digital e impresa, su primera gran apuesta.
“Mientras ese proceso de integración fue encajando dentro del personal, con beneficios casi inmediatos en la producción de contenidos diferenciados, se procedió a la reforma física de nuestra emblemática sala de redacción, que lleva el nombre de nuestro director histórico, don Rafael Herrera”, recuerda Franjul.
El “proyecto de rediseño” como se le llamó internamente, se inició en el 2017, pero aclaró que “no se trata del tradicional proceso de rediseño al que son sometidos los diarios cada cierto tiempo, donde por lo regular se refrescan elementos gráficos y se tocan las nuevas formas de presentación del periódico”.
Dice Franjul que “estamos frente a un verdadero proceso de reconversión de nuestro modelo periodístico, con una mirada profunda a lo que hemos venido haciendo y empeñados en el diseño de un camino que apunta más alto a la calidad, con mayor profundidad en el abordaje de los temas y que se afinca en nuestros más preciados valores: credibilidad y objetividad”.
Franjul cita a Iñaki Palacios, quien dijo “lo primero que me surge es destacar el espíritu de innovación que siempre caracteriza a Listín, pese a ser un diario centenario”. Palacios es director de la consultora catalana Cases i Associats, empresa que asesoró y diseñó el nuevo periódico.
El rotativo editorializa destacando que como una simple hoja de 4×5 pulgadas destinada a informar de la llegada de los veleros al puerto de Santo Domingo, nació el Listín Diario, el 1° de agosto de 1889. Un mes después ya era un cuadernillo de diez páginas, adquiriendo así los tempranos perfiles de lo que sería un diario formal.
“Su audiencia fue creciendo y, con el tiempo, dio un salto cualitativo y cuantitativo al asumir un formato standard, que era el característico de los más importantes diarios de la época en América Latina” rememora el editorialista.